Me había tomado si acaso dos tragos de ron allí sentado. Para que yo empiece a dudar de mi cordura y raciocinio tendría que haberme tomado unos nueve similares a esos. Si hubiesen sido nueve acepto haberme equivocado, pero ¿solamente dos?, no podía creerlo. Todavía se veían en mi vaso los cubitos de hielo humeantes a medio derretir y medio dedo de  agua parda vacilante en el fondo, a merced del calor de aquella noche. Yo estaba sentado de cara al mar, casi podía sentirlo ir y venir a mis pies, tenía mis piernas cruzadas y el pantalón un poco levantado de manera que dejaba ver mi escuálido y pálido tobillo. Recién acababa yo de pedir el siguiente trago, ya estaban por traérmelo. Como era un lugar al borde del mar, habían chicos sentados en el barandal de espaldas al mar, yo miraba a una chica en particular desde que terminaba mi segundo trago (segundo, estoy seguro), era una rubia hermosa, poco elegante, llevaba un pantalón negro y una blusa de tirantes blanca que dejaba ver la hermosa forma de sus senos. Su cabello rubio brillaba incluso de noche. Sigue leyendo

Alter Ego

«El que aspira a parecer, renuncia a ser»

(José Ingenieros, El hombre mediocre)

Alter Ego

El día había pasado sin más sobresaltos hasta el momento, por supuesto que yo no sabía que aquello iba a suceder. Dispongo yo de salir de mi oficina, caminando como siempre, hacia el café que estaba en la otra cuadra. Al bajar a la acera cruzo  inmediatamente la calle, para verme en el espejo del banco, pues en esta ciudad hay que guardar la apariencia. Mi cabello sin ninguna irregularidad ni intento de rebeldía, negro como siempre, mi barba de dos semanas y mi hermosa camisa negra, que sólo me la ponía para ocasiones especiales, aunque aquel día no tenía nada de especial, fue una decisión improvisada que tomé aquella mañana. Sigue leyendo

La mala noticia

La Mala Noticia

Se despierta, de rutina se restriega los ojos con las muñecas a la vez que estira las piernas y algunos músculos de la cara, todavía sin dientes. La dentadura reposaba en la mesita de noche  sumergidos en una salmuera de varios días, compuesta de agua del grifo y restos de comida y saliva que se desprendía de aquello. El vaso transparente dejaba ver una sonrisa solitaria flotante. Por el silbido de la cafetera de la casa de la vecina sabe perfectamente qué hora es. Todavía acostado, hace sus primeros ademanes de despierto, como sobreviviente de naufragio abandonado por el azar del oleaje en la playa, y se incorpora lentamente en el nuevo  y agitado día, en medio del estruendo de la cama vieja. Sigue leyendo

Joaquín y uno menos.

Joaquín y uno menos.
Otro cuento, esperando a ser comentado y criticado. Espero les guste. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia. Primero unas frases pa´ pensar….

«Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.»
Groucho Marx (1890-1977) Actor estadounidense.
«La televisión nos proporciona temas sobre los que pensar, pero no nos deja tiempo para hacerlo.»
Gilbert Cesbron (1913-1979) Escritor francés.
«La dependencia de las personas de la televisión es el hecho más destructivo de la civilización actual.»
Robert Spaemann (1927-?) Filósofo alemán.
«La televisión es maravillosa. No sólo nos produce dolor de cabeza, sino que además en su publicidad encontramos las pastillas que nos aliviarán.»
Bette Davis (1908-1989) Actriz estadounidense.
«La televisión puede darnos muchas cosas, salvo tiempo para pensar.»
Bernice Buresh Escritora estadounidense

Joaquín y uno menos.

Estaba en el estacionamiento cuando se dio cuenta del desastre. Había pasado por allí siempre y nunca lo vio; era algo espeluznante, de esas cosas que te ponen la piel de gallina al hacerte la idea de que ya es muy tarde para reaccionar.

Joaquín pasaba siempre por aquel pasillo oscuro bañado de estrellas entre otras que ni tanto, de vez en cuando de lluvia. Juan, su hijo, un joven estudiante de secundaria, bastante tímido pero muy inteligente, lo suficiente para saber desde la pubertad que si se sumía en lo cotidiano de aquel lugar se le iban a morir los sueños. Desde pequeño aprendió a tocar un piano que algún huésped había olvidado en su casa, pues alquilaban un cuarto. Es bastante detallista y ordenado, muy conocido en el barrio ya que juega muy bien al basquetbol y  pesar de eso es de pocos amigos; tiene un buen porte y los rasgos hirsutos de su madre, su pelo negro y encrespado nunca tiene orden alguno  siempre y cuando no se desborde. Le encanta leer, literatura, filosofía, se le van las horas encerrado en su habitación saciando su sed por conocimiento, como pocos lo hacen hoy.  Todas las noches interrumpe cuando llega su padre a casa para cenar todos juntos. Sigue leyendo

El pez muere por la boca

Aquí dejo otro cuento más, espero comenten……


El pez muere por la boca

«Reconociendo y reafirmando que las personas indígenas tienen derecho sin discriminación a todos los derechos humanos reconocidos en el derecho internacional, y que los pueblos indígenas poseen derechos colectivos que son indispensables para su existencia, bienestar y desarrollo integral como pueblos…»

Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los pueblos indígenas

Lázaro entra en el depósito y camina directamente hacia el patrón, con la misma facha de trabajo. Don Esquivel, conocido por sus amigos como pescao´ ha sido siempre evasivo con él, así como con todas las cuentas que le vienen a cobrar. Tal vez subestima a sus empleados, pero Lázaro es diferente. En la comarca, de donde viene, sin poder vender sus cultivos, tuvo que trabajar en la empresa extranjera, como todos los demás. Se acostumbró a que le pagaran el día, nunca nadie tuvo un trabajo fijo. Para fin de mes la tragedia sería inevitable.

-Patrón, -dice Lázaro con un semblante sumiso- No me ha pagado las dos últimas semanas. Sigue leyendo

Curtido, tejido y perdido

Curtido, tejido y perdido


Pasaron cinco años para que lo vieran caminando por el pueblo. Había estado encerrado, esperando desde las cuatro de la mañana el desayuno que le llevaba Nora, su hermana. Nunca nadie entró en aquella casa en esos cinco años, a excepción de los niños bellacos que se iban por detrás de la casa a ver que hacía el viejo. Lo veían, cuando se dejaba ver, en la hamaca fumando abstraído con el humo, como si le dijera algo, o si no matando una gallina para que su hermana le cocinara. Tenía en la sala, una foto de su esposa, que se veía desde la hamaca y el catre. Sigue leyendo

Ecos Púrpura

Ecos Púrpura

Es muy grave que un solo hombre pueda vivir distraido de esta realidad, pero es mucho peor y más atroz si es la humanidad los que pasamos y nos encogemos de hombros.

Mario Benedetti

María Coronado se despierta a las nueve de la mañana con un dolor que le merodea en la espalda, el costillar, los pómulos y una jaqueca pululante. Se revuelca medio dormida y medio despierta en el charco de dudas de su cama, donde al amor duerme lo que ellos no, escurrido hacia el fondo del suelo anegado de aquella casa ahogada. Con su mano tantea (chapalea) al lado vacío de la cama, arrugado y todavía caliente. Sigue leyendo

La inmuscusión terrupta

La inmuscusión terrupta es un pequeño cuento extraído del libro «Último Round» de Julio Cortázar. Éste es un texto muy peculiar ya que casi todas las palabras son iventadas, es difícil de entender pero vale la pena leerlo.

Julio Cortázar

La inmuscusión terrupta

Como no le melga nada que la contradigan, la señora Fifa se acerca a la Tota y ahí nomás le flamenca la cara de un rotundo mofo. Pero la Tota no es inane y de vuelta le arremulga tal acario en pleno tripolio que se lo ladea hasta el copo. Sigue leyendo